Dehesa de la Posadilla: olivo picual y olivo arbequina de Jaén

A principios de los 90 recorrimos Andalucía buscando un olivar donde invertir. No fue fácil. En el año 1993 Andalucía atravesaba una grave sequía y, a consecuencia de aquello, el campo andaluz no mostraba su mejor cara. Hicimos muchísimos viajes (siempre de fin de semana…) e involucramos a mucha gente. Buscamos en las campiñas de Sevilla, Córdoba y Jaén; las sierras de Cazorla, Segura, la Subbética… y por fin la Sierra de Andújar.

En su sopié, justo en la linde con el Parque Natural y después de muchas idas y venidas y no pocas dificultades, encontramos nuestro sitio en el corazón del olivar de Jaén. En aquel momento eran estacas 12.000 “estacas” (olivos con 15 años) regadas por goteo. Hoy ya es un olivar que produce entre 600.000 y 800.000 kilos de aceituna picual al año.

Durante estos casi ya 20 años, toda la familia Castillo Ochotorena, en mayor o menor grado se ha visto involucrada en la gestión de esta finca.
Cuando hablamos de ella, el comentario siempre ha sido el mismo “no ha decepcionado”. No es campiña… ni sierra, pero su suelo de canto rodado y de aluvión del cercano Río Guadalquivir, ha demostrado ser idóneo y agradecido para el cultivo del olivo de Jaén, entregando campañas muy estables tanto en cantidad como en calidad de aceite de oliva virgen extra.

Olivo de Jaén

No es campiña… ni sierra, pero su suelo de canto rodado y de aluvión del cercano Río Guadalquivir, ha demostrado ser idóneo y agradecido para el cultivo del olivo de Jaén, entregando campañas muy estables tanto en cantidad como en calidad de aceite de oliva virgen extra.